Las “prioridades” no eran mis enemigas, mi mayor enemiga era Yo.
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Sabías qué…? …la sección de “Prioridades” era mi enemiga número UNO dentro de una agenda? Tener que pensar qué escribir allí, me hacía sentir insignificante, aburrida y sin aspiraciones porque en el fondo, así sentía que era mi vida en ese momento.
No le veía interés a escribir en mi agenda que mis prioridades eran: limpiar la nevera, ir a trabajar o hacer ejercicio (que al final nunca hacía)... mientras por otro lado, veía las prioridades de personas que sigo en redes tipo: avanzar un capítulo de mi próximo libro, funnel de ventas para mi nuevo curso, bosquejo de presentación para Masterclass, llamada con clienta de X programa, etc...
¿De dónde iba yo a sacar la motivación de organizar mi vida si creía que esta era más desabrida que un huevo sin sal?... no sabía qué hacer ni como salir de el pozo profundo y oscuro en el que me encontraba (#dramaqueen) pero sabía que necesitaba hacer algo.
Un día, escuche a alguien hablar sobre un tema que no tenía nada que ver con mi enemistad con las prioridades pero, me hizo reflexionar en que yo NO amaba mi vida cotidiana pero que el cambio que deseaba tampoco sería la solución mágica.
(Para no dejarte con el chisme incompleto, esta persona hablaba sobre que debo amar y/o ser agradecida por mi trabajo actual antes de dejarlo para dar el salto al emprendimiento en vez de verlo como un obstáculo que no permime ir por lo que sueño… otro punto a trabajar en mi vida, ouch)
En fin, me di cuenta que yo veía como un estorbo las cosas simples o sencillas que adornan nuestra vida cotidiana y creía que mi vida tendría significado cuando hiciera algo más interesante (si, emprender era mi super idea.. wow!).
Yo, la que defendía hasta con un cortauñas a las que deciden ser amas de casa, me estaba minimizando porque durante un tiempo, en mi agenda predominaban las tareas del hogar y demás actividades del dia a dia (fuera del trabajo). En fin, la hipotenusa! (sorry si no captas este meme).
Quizás estás pensando que la solución era más que obvia… pero pisa el freno amorsh.
NO, la solución no era decirme a mi misma “Eve, ponte pa’ lo tuyo y emprende para que hagas todas esas cosas que quieres” porque esa sería la salida más fácil. Decir eso ,es equivalente a cortarte un mechon de cabello por no querer desenredar un nudo (creo que todas lo hemos hecho jaja)
En este caso, para mi, la VERDADERA solución era trabajar y sanar mi autoconcepto y guiarme a mi misma hasta creer que NO me hace falta nada para que mi vida sea valiosa o tenga sentido… pero también necesitaba comprender las emociones y pensamientos que estaba experimentando para saber cómo quitarles poder.
Quizás tu no eres como yo, que pensaba que, al instante en que me convirtiera en emprendedora, mi vida sería más interesante… pero, quizás piensas que mientras no llegue ese X ( dígase: nuevo puesto en el trabajo, cambio de país, convertirte en madre, etc..) tu vida estará incompleta.
Hoy, me gustaría invitarte a identificar si, a tu manera, estás pasando por este proceso y si es asi, quiero invitarte a hacerte las siguientes preguntas:
¿Qué emociones rodean esa realidad que estoy viviendo y que no me “agrada”?
¿Qué es lo que me causa más conflicto? Las acciones, el entorno, qué?
¿Cómo creo yo que la nueva situación que anhelo podrá “salvarme”?
¿Cuando alcance mi objetivo, lo que me “molesta” desaparecerá por completo y para siempre?
¿Qué emociones creo que voy a sentir cuando logre lo que quiero? ¿Cómo puedo traer estas emociones a mi presente actual?
¿Cuáles son los pensamientos que llegan a mi y cómo puedo darles la vuelta?
¿Qué desafíos estoy consciente que acompañarán a ese objetivo que anhelo tanto?
Como ves, todo el trabajo empieza y termina en nosotros… lavar los platos es lo mismo aquí y en China, ahora bien, la actitud y mentalidad con la que yo inicie y termine esta acción, es lo que hará la diferencia.
Durante varios meses, mi agenda fue la misma… y el cambio mayor fui yo.
Aprendí a apreciar mi cotidianidad, a amar lo simple, a valorar lo que tengo y que otros desearían… En fin, al final conecté tanto con mi dia a dia, que ahora me toca encontrar razones para emprender, porque qué vaina mas rica es tener una agenda tan ligerita y con tanto tiempo libre en comparación a cuando me toque pasar de lleno al emprendimiento pero, ya sé que forma parte del proceso.
Amemos cada etapa de nuestra vida pero sobre todo, amemos la versión de nosotros que florece en cada una de ellas. No olvides que eso solo depende de ti y de mí.
Si llegaste hasta aquí, me encantaría que me escribieras en IG y me comentes qué te pareció o un incluso un “ya lo leí” si sientes que no tienes nada que decir, te prometo no preguntarte nada jaja te dejo el link aquí debajo.
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Nos leemos pronto!!
Un abrazote grande,
Eve