evelynggarcia

Mi rinconcito para reflexionar y compartir (con un toquecito de humor) lo que aprendo sobre el autoliderazgo, crecimiento personal y productividad.

Hoy es Domingo, día en el que usualmente planeo mi semana.

Te confieso que esta actividad no era una de mis favoritas. Planear, significaba decir “sí” a algunas cosas y decir “no” a muchas otras. Y bueno, no me sentía muy bien diciendo “no”… creía que si lo hacía, me iba a perder de algo porque para mí todo lo que yo quería hacer, era super importante y me estaban llevando directo a un mejor futuro (según yo 😒) aunque llegara a ese futuro seca y quemada.

No podía seguir así pero ahí estaba, aferrada a una “agenda llena”, con mil cosas por hacer aunque en realidad sólo avanzaba algunas pocas. Tenía que hacer algo, pero qué?

Recurrí a mi herramienta favorita: Pensar (aunque también es la causante de que no avance mucho porque me quedo pensando y no accionando 🥴) pero en fin, después de mucha reflexión, entendí la razón detrás de mi conversación interna: No tenía PRIORIDADES.

Y al no tener claras mis prioridades ni lo que en verdad quería, por supuesto que no me sentía a gusto planeando. Este ejercicio ponía en evidencia que NO tengo tanto tiempo disponible como creo porque, entre el trabajo, las horas para dormir, las de responsabilidades del hogar y algunos compromisos ya establecidos, el tiempo que me restaba ya no era tanto como me imaginaba.

Pero no te creas que al darme cuenta de esto me decidí a hacer lo que tenía que hacer (establecer prioridades)… noup, seguí aferrada al “no quiero limitarme tanto” (inserte emoji tapándose la cara con una mano).

Así estuve durante un tanto tiempo hasta que por suerte, me harté de todo. Me cansé de quejarme y de escribir siempre lo mismo en mi Journal por lo tanto, decidí cambiar.

Empecé a reflexionar en todas aquellas cosas que empezaba y nunca terminaba, en esas que en realidad ya no me interesaban tanto pero seguía aferrada y en las que sólo eran un capricho o una forma de alimentar mi ego o buena imagen de cara a los demás.

Cuando “depuré mi lista”, fue increíble ver que no quedó casi nada. Era verdad que no todo era “importante” y si te soy sincera, desde ese día las cosas han sido un poquito más sencillas en ese sentido (thanks god 🙌).

Es más fácil repartir las actividades de 2 o 3 objetivos importantes a lo largo de 7 días… que intentar avanzar un poco en 20 cosas diferentes y ni te cuento de los malabares para intentar encajar las distracciones que aparecen (porque ME ENCANTA distraerme, sobretodo con series de #TrueCrime jaja).

Aveces, la respuesta es evidente, pero requiere de un paso. Nuestro paso.

¿Qué paso necesitas dar tú?🧐

Ahora, cada Domingo en el que me siento a planear mi semana, lo hago con más tranquilidad, sin sentirme ahogada. Eso no significa que hago todo lo de mi lista sin rechistar, nop… procrastinar es otro tema jaja pero al menos, tengo más claridad. Sé en dónde está puesto mi enfoque en este momento, lo que es prioritario para mí y cómo alcanzarlo sin ahogarme en un vaso de agua.

No estoy intentando lograr mil cosas al mismo tiempo ni creerme la más ocupada de la bolita del mundo… se siente raro tener más tiempo disponible, pero se siente bien. Así como también se siente bien ver cómo integro nuevos hábitos, termino nuevos cursos y salgo a caminar super tranquila porque el tiempo me sobra, o al menos tengo el suficiente para realizar lo que es importante sin estresarme.

Mi deseo es que si estás donde yo estaba (sintiendo que la vida no te alcanza para nada), puedas tomarme el tiempo para identificar todo lo que “está en tu plato” y determinar si en realidad es necesario seguir dispersando tu atención en ellos o si este es el mejor momento para quitar algunas cosas y las que queden, priorizarlas en base a su importancia o relevancia en la persona que eres hoy.

No es tarde, nunca es tarde. Empieza hoy! 💕

Tiempo de lectura: 4min

Sabías qué…? …la sección de “Prioridades” era mi enemiga número UNO dentro de una agenda? Tener que pensar qué escribir allí, me hacía sentir insignificante, aburrida y sin aspiraciones porque en el fondo, así sentía que era mi vida en ese momento.

No le veía interés a escribir en mi agenda que mis prioridades eran: limpiar la nevera, ir a trabajar o hacer ejercicio (que al final nunca hacía)... mientras por otro lado, veía las prioridades de personas que sigo en redes tipo: avanzar un capítulo de mi próximo libro, funnel de ventas para mi nuevo curso, bosquejo de presentación para Masterclass, llamada con clienta de X programa, etc...

¿De dónde iba yo a sacar la motivación de organizar mi vida si creía que esta era más desabrida que un huevo sin sal?... no sabía qué hacer ni como salir de el pozo profundo y oscuro en el que me encontraba (#dramaqueen) pero sabía que necesitaba hacer algo.

Un día, escuche a alguien hablar sobre un tema que no tenía nada que ver con mi enemistad con las prioridades pero, me hizo reflexionar en que yo NO amaba mi vida cotidiana pero que el cambio que deseaba tampoco sería la solución mágica.

(Para no dejarte con el chisme incompleto, esta persona hablaba sobre que debo amar y/o ser agradecida por mi trabajo actual antes de dejarlo para dar el salto al emprendimiento en vez de verlo como un obstáculo que no permime ir por lo que sueño… otro punto a trabajar en mi vida, ouch)

En fin, me di cuenta que yo veía como un estorbo las cosas simples o sencillas que adornan nuestra vida cotidiana y creía que mi vida tendría significado cuando hiciera algo más interesante (si, emprender era mi super idea.. wow!).

Yo, la que defendía hasta con un cortauñas a las que deciden ser amas de casa, me estaba minimizando porque durante un tiempo, en mi agenda predominaban las tareas del hogar y demás actividades del dia a dia (fuera del trabajo). En fin, la hipotenusa! (sorry si no captas este meme).

Quizás estás pensando que la solución era más que obvia… pero pisa el freno amorsh.

NO, la solución no era decirme a mi misma “Eve, ponte pa’ lo tuyo y emprende para que hagas todas esas cosas que quieres” porque esa sería la salida más fácil. Decir eso ,es equivalente a cortarte un mechon de cabello por no querer desenredar un nudo (creo que todas lo hemos hecho jaja)

En este caso, para mi, la VERDADERA solución era trabajar y sanar mi autoconcepto y guiarme a mi misma hasta creer que NO me hace falta nada para que mi vida sea valiosa o tenga sentido… pero también necesitaba comprender las emociones y pensamientos que estaba experimentando para saber cómo quitarles poder.

Quizás tu no eres como yo, que pensaba que, al instante en que me convirtiera en emprendedora, mi vida sería más interesante… pero, quizás piensas que mientras no llegue ese X ( dígase: nuevo puesto en el trabajo, cambio de país, convertirte en madre, etc..) tu vida estará incompleta.

Hoy, me gustaría invitarte a identificar si, a tu manera, estás pasando por este proceso y si es asi, quiero invitarte a hacerte las siguientes preguntas:

  1. ¿Qué emociones rodean esa realidad que estoy viviendo y que no me “agrada”?

  2. ¿Qué es lo que me causa más conflicto? Las acciones, el entorno, qué?

  3. ¿Cómo creo yo que la nueva situación que anhelo podrá “salvarme”?

  4. ¿Cuando alcance mi objetivo, lo que me “molesta” desaparecerá por completo y para siempre?

  5. ¿Qué emociones creo que voy a sentir cuando logre lo que quiero? ¿Cómo puedo traer estas emociones a mi presente actual?

  6. ¿Cuáles son los pensamientos que llegan a mi y cómo puedo darles la vuelta?

  7. ¿Qué desafíos estoy consciente que acompañarán a ese objetivo que anhelo tanto?

Como ves, todo el trabajo empieza y termina en nosotros… lavar los platos es lo mismo aquí y en China, ahora bien, la actitud y mentalidad con la que yo inicie y termine esta acción, es lo que hará la diferencia.

Durante varios meses, mi agenda fue la misma… y el cambio mayor fui yo.

Aprendí a apreciar mi cotidianidad, a amar lo simple, a valorar lo que tengo y que otros desearían… En fin, al final conecté tanto con mi dia a dia, que ahora me toca encontrar razones para emprender, porque qué vaina mas rica es tener una agenda tan ligerita y con tanto tiempo libre en comparación a cuando me toque pasar de lleno al emprendimiento pero, ya sé que forma parte del proceso.

Amemos cada etapa de nuestra vida pero sobre todo, amemos la versión de nosotros que florece en cada una de ellas. No olvides que eso solo depende de ti y de mí.

Si llegaste hasta aquí, me encantaría que me escribieras en IG y me comentes qué te pareció o un incluso un “ya lo leí” si sientes que no tienes nada que decir, te prometo no preguntarte nada jaja te dejo el link aquí debajo.

Suscríbete para que te avise cuando hay un nuevo post (revisa en tus carpetas o spam para que confirmes tu correo y recibas las notificaciones sin falta)

Nos leemos pronto!!

Un abrazote grande,

Eve

https://www.instagram.com/evelyn_ggarcia/